viernes, 30 de septiembre de 2011

Vitrinas -segunda parte-

-¿Qué vas a hacer?

Se sorprendío al ver su reflejo, primeramente idéntico a ella, devolverle una mirada completamente ajena, ese ya no era su reflejo.

Detenidamente se quedo mirándolo, su expresión, sus ojos, su boca, su gesto, su mirada abstracta... Y de pronto, desapareció.

En realidad, lo que desapareció fue la luz. El farol se había apagado repentinamente, impidiéndole ver el reflejo. Ni la más preciosa estrella podía iluminar la escena ahora.

-¿Qué vas a hacer?

-No lo sé... dejáme pensar.

-¿Qué vas a hacer?

-Calla un segundo, dejáme pensar.

-¿Qué vas a hacer?

-¡Por favor, dejáme sentir!

Silencio.

Y pensó y sintió, pensó y sintió, una y otra vez. Llegó entonces el frío, ese que viene incluso en las cálidas noches de verano, y la abrazó. Deseó refugiarse en el interior de su amada vitrina, pero estaba aún más fría, se apoyo de espalda a ella pensando que el ligero contacto con su piel terminaría por entibiar la superficie, pero esto sólo ocasiono un profundo dolor en sus abiertas heridas.

Los pensamientos y los sentimientos la inundaban; rebalzaron de ella como el agua al superar los límites. Lloró hasta que la menor de las estrellas, asustada, volvió a casa.

Entonces entró. Todo lo que amaba estaba ahi, tan hermoso como siempre, alzo su mano para tocarlas pero apenas lo hizo todo fue caos.

Y el caos ocupo el espacio que dejaron los pensamientos y los sentimientos. Corrió, corrió tan lejos como pudo, aunque apenas se alejó lo suficiente para dejar de ver su amada vitrina.

La había dañado, en medio del caos había dañado su preciada vitrina. El frío era intenso, su respiración rápida y asustada escapaba en abundante vapor. Y ella había dañado su vitrina.
¿La encontraría otra vez?, ¿Le permitirían entrar otra vez?, ¿Le harían más injurias que la vez primera?, muchas cuestiones se arremolinaban en su mente. Caos y miedo.

Espero un día, y otro, y otro... armándose de valor para volver y mirar. Sus heridas detuvieron su curso, como esperando.

Por fin, regreso y esta vez traía una respuesta.

-Vengo a buscar lo que amo.

No le respondió al reflejo que, impaciente e incrédulo, la miraba desde la luminosa superficie. Se lo dijo al lugar, ese lugar ahora escondido y distante.

Las ventanas se abrieron, dejándole ver las cosas más superficiales, pero no abrió la puerta ni mostro todo lo que era. Como un gatito miedoso.

-¿Y ahora?

Su intransigente reflejo la escrutaba.

-Esperaré.

Y se sentó en el piso, sin tocar lo que tanto anhelaba.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Lo que ella me dijo...


¿Será que ella tenía razón... que tengo un nudo en mi garganta que me seduce a callar lo que deseo tanto decir?.

Cuanto quisiera poder decidir que es lo mejor.

Cuanto deseo decir... lo que antes dije pero al revés.


viernes, 9 de septiembre de 2011

Palabras

Amo las palabras.
Las amo con suavidad y cariño
como se aman las cosas bellas.

Amo las palabras
las amo, también, con deseo,
con muchos deseos y pasión.

Amo las palabras como las amaría un sordo.
Y las respeto.

Temo terriblemente a las palabras, temo herirte
y herirme.

Odio el silencio.
Ese silencio vacío, no el íntegro.
Amo el silencio cargado de palabras.
Y amo las palabras cargadas de silencio.

viernes, 22 de julio de 2011

Vitrinas

Frente a las vitrinas estaba mirando...
A través de esa pared, tan delgada, dócil y transparente, mirando todo aquello con lo que compartía siempre... pero de lejos.

Casi podía decir que eran suyas, las podía tocar, sentir, pasearse entre ellas, pero cuando más cerca estaba y se permitía tener caprichos, la pared se tornaba rígida y entonces recordaba que en realidad no estaba entre todas esas cosas, que ellas aún no la aceptaban.

A su alrederor la calle estaba solitaria, el cemento estaba húmedo por un leve rocío, los colores de las señaleticas en el suelo a penas de distinguían, unos pocos faroles de luz cálida dejaban bajo ellas grandes espacios luminosos, brillantes... los otros estaban apagados, creando un contraste de oscuridad. Atardecía.

Habían otras vitrinas a su alrededor, pero aún no las veía, de hecho esta era la segunda que visitaba. La primera le habia mostrado un largo camino sinuoso y empedrado, parecía dífil y así lo confirmo cuando se adentro en el, a lo lejos había algo, no se veía con claridad y no pudo distinguir si le agradaba o no. Finalmente abandono el camino ya que solo le produjo tristeza y miedo, y cuando lo hizo la vitrina desapareció, así sin más.

Así fue como llego al lugar donde estaba ahora...
Le gustaba tanto ese lugar, pero sentía la distancia, aún no era totalmente aceptada por el, y cada vez que la pared se concretaba una herida profunda aparecía en su cuerpo y permanecía abierta.
Ahora no sabía que hacer... sus variadas heridas ardían y sangraban, pero tenía miedo de alejarse de ese lugar, que todas esas cosas que amaba desaparecieran como había sucedido con la primera vitrina y que no pudiese encontrarlas de nuevo.

Que hacer, no sabía. Los faroles parpadeaban afuera, mostrandole intermitentemente escenas del interior y del extrerior...
También tenía miedo de volver allí. Ese exterior era tan cambiante, a veces protector y lleno de alegría, y a veces frío, cínico y dañino.

Llego la noche. Una noche llena de estrellas.
La oscuridad abrazo sus alrededores y entonces pudo ver su reflejo devolviendole la mirada desde la lustrosa superficie que era la pared, ahora sólida, de su vitrina.

-¿Qué vas a hacer?

lunes, 18 de julio de 2011

Sobre mi...

Una vez describieron a mi signo como una televisión con muchos canales, con un control remoto inexistente que cambia de canal con una frecuencia muy elevada.

Creo que soy una persona muy inconstante, siempre lo he sido, y la descripción anterior me calo el alma.
Aunque me gusta más la imagen que tenía cuando era pequeña, acerca de un pájaro que no podía estar mucho tiempo en la misma rama, cerca de los mismos frutos o flores, ni mucho menos en el mismo árbol.

Así soy yo.

Y sin embargo siempre regreso a mi nido, lleno de las cosas que conservo, esas casi inamovibles cosas.


Es por ello que es difícil explicarme como es que he podido permanecer tanto tiempo quieta. Y a la vez es fácil escudar mi inconstancia con las cosas. Tantas metas fijadas...
Ahora, sin embargo, tengo mi vista fija en una sola: cumplir mis metas, lo que implica acabar con lo que empiezo, empezar con lo que me propongo, y proponerme lo que quiero.

Será un deafío personal. Me gustan los desafíos... ¡Que emoción!


jueves, 14 de julio de 2011

Palabras

"Las palabras son la magia más poderosa que podemos hacer. Pueden herir tremendamente, o bien, sanar."

Estan frente a ti... ¿Porqué no las recibes?.
No quiero seguir golpeandote con ellas... No más, por favor.
Al menos... ¿Recibes lo que intento transmitir?.


-Hey... ¿Con quíen hablas?.


Le miro fijamente. Perdón... no tengo oidos.


-Eh...


Pero tengo corazón.


lunes, 27 de junio de 2011

La vida...



Soñar...
Proponerse una meta, luchar fuerte y con perseverencia para logarla.
Tener paciencia y disfrutar cada cosa.
Sonreir...

Ah... Quizá así deba vivirse la vida.

Es más simple de escribir de lo que se piensa y más complejo de vivir de lo que esperamos.
Pero... no lo olvidaré.

Aún no encuentro me respuesta... ¿O sí lo hice?.
Encontre algo que había perdido.
De cualquier modo mi corazón es un curioso, quizá nunca lo descubra pero es divertido... interesante, intentarlo.